OPINIÓN | No todo vale
- José Gil
- 24 abr 2020
- 2 Min. de lectura
"Y a pesar del daño tan profundamente causado, las peores lenguas del país no han dudado en señalar con el dedo índice como si de enfermos contagiosos se tratase"
Terminó una de las semanas más duras-por no decir la peor- en lo que respecta a la SD Huesca, la provincia y todo lo que rodea a ambas. La oleada de noticias, afirmaciones y rumores de dudosa procedencia no han dejado de discurrir por todo el territorio nacional, algo que con razón ha provocado el mayor de los males en la ilusión del aficionado azulgrana.
Desgraciadamente, la 'Operación Oikos' ha dado rienda suelta a la imaginación de muchos envidiososque, por activa o por pasiva, no han soportado el enorme crecimiento del conjunto oscense. Como consecuencia, han aprovechado para faltar a la verdad y atacar sin justificación alguna. Y no, no todo vale. Como presa fácil y a priori sin conocimiento alguno, el conjunto oscense ha servido de presunta tapadera para el amaño de partidos de fútbol. Según otros, todo lo contrario.
Un afán de protagonismo desmedido
El prestigio obtenido -merecidamente, por si a alguien le quedan dudas todavía- ha costado años de trabajo, dificultades, éxitos y fracasos. Córdoba, Écija o Lugo son algunos de los momentos que cualquiera recuerda. Sin embargo, borrarlo puede ser cuestión de minutos. En otras palabras, me atrevería a decir que como institución, ha resultado demasiado fácil utilizar al Huesca como cabeza de turco.
Cuesta creer cómo ha cambiado la reputación de la Sociedad Deportiva de la noche a la mañana, sobre todo para organismos como laLFP o la RFEF, la cual se personó como acusación particular en busca de protagonismo. Una reputación que se ha ganado por méritos propios y a base de recursos muy limitados, pero que parece insuficiente a la vista de los "salvadores" del fútbol moderno.
El daño causado, irreparable
Si algo tengo claro es que hablar de amaños, blanqueo de capitales o posibles descensos ha resultado tan sencillo para algunos que demuestra la nula consideración con la gente que trabaja en la sombra. Y a pesar del daño tan profundamente causado, las peores lenguas del país no han dudado en señalar con el dedo índice como si de enfermos contagiosos se tratase.
Nadie sabe cómo acabará pero, en caso de que la institución azulgrana quede exenta de cualquier investigación, ¿quién entonará el 'mea culpa'? Es imposible no pensar que los verdaderos aficionados van a seguir ahí pase lo que pase, pero la mancha que ha salpicado es grande. Por ello va a costar tiempo, mucho tiempo borrarla. Y eso no lo va a reparar absolutamente nadie.
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