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Pedro López: la voz de la experiencia

  • José Gil
  • 25 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Hay jugadores curtidos en mil batallas. Futbolistas que más que ello son auténticos guerreros. En el barro, en segunda, primera división y hasta en competición europea. Sea con pocos o muchos clubes. Y el protagonista que hoy acapara nuestra atención es uno de ellos, Pedro López. La auténtica voz de la experiencia.


Pedro López es el típico perfil de futbolista que hoy se anhela, muy lejos de los cánones del fútbol actual, tan modernos y en donde impera la imagen que ofrecen a través de las redes sociales (de las que huye). Un tipo campechano, cercano a los suyos (a su gente y afición) pudiendo dialogar tranquilamente con él. Y además de buen tipo, eso también lo traslada dentro del vestuario, con galones para hacerse respetar y si hace falta honrar y defender el brazalete del club que represente.


Este “torrentino” (gentilicio de Torrent, Valencia) muchos podrán pensar y decir que este deporte ya lo ha dejado atrás, que ha hecho todo lo que tenía que ofrecer y que ahora con esta temporada que firma con el Huesca está de pasada. Pero los que bien conocen a Pedro López saben que no es así. Mientras él siga en activo, si goza de oportunidades, siempre va a dar el máximo y garantizar el esfuerzo y rendimiento que esté en sus botas.


Definiendo a “PedroLo”, como así a veces se le hace llamar en sus círculos de confianza, se podría decir abiertamente que es un jugador que no destaca por nada, sino que simplemente lo hace por su todo. Entiéndase la frase. Pedro López no goza de unas virtudes que lo sitúen cómo el top o entre los más destacados de algo, pero su conjunto y acierto global (obtenido también de esa experiencia con los 35 años largos que le abalan) le convierten en un lateral convincente y de garantías.


Pese a esa ausencia de sobretalento, sí podríamos destacar algún punto fuerte por el que puede destacar, sobre todo siendo valorados en equipos humildes y sin grandes filigranas del balón como el Levante (su procedencia, en donde ha estado los últimos ocho años) como el Huesca (al que ahora llega).


Pedro López posee un certero centro al área. Es un jugador que le gusta apoyar en ataque cuando puede (incluso con potente lanzamiento lejano, quien no recuerda sus pepinazos con el Real Valladolid), normalmente con certeras tomas de decisiones, y su precisión en el pase por alto sirve para que el resto de compañeros puedan aprovecharse para finalizar jugadas y tener mayor facilidad de cara a gol.


También su posicionamiento es otro de los elementos a destacar. Pocas veces se le pillará desprevenido y, en una categoría tan importante e imprevisible como la segunda división, mantener el tipo y colocación garantiza fortaleza defensiva.


Además de ello, hablando de otros puntos fuertes más extradeportivos, es un hombre que se hace respetar y con las ideas claras. Siendo uno de los capitanes del Real Valladolid, no le tembló el pulso en regresar a Valencia para firmar por el Levante, sabiendo de sus orígenes valencianistas y con el “miedo” de los “xotos” (nombre por el que tildan los aficionados del Levante a los del Valencia, por cabras) u otras críticas que pudieran lloverle. Pero eso no se produciría y en las buenas (en Europa League) y en las mal dadas (con el descenso a segunda), Pedro López siempre se mantuvo fiel al Levante, con casi dos centenares de partidos disputados a sus espaldas.


Pedro López contra el Girona la pasada temporada | Foto @AdolfoBenetó / Levante UD

Casi 200 partidos en ocho temporadas quizás no sea una cifra óptima. Esa quizás sea una de las espinitas que al lateral diestro se le ha quedado clavadas. Salvo con Muñiz, con ningún entrenador ha gozado de esa continuidad o protagonismo que a él le hubiera gustado, manifestado por él públicamente en alguna rueda de prensa. Pero desde luego, casi siempre que ha participado, estuvo a la altura de las expectativas y de lo deseado.


Junto a esa irregularidad, el aspecto físico comienza a pesar con el paso y peso de los años y por ello un sobreexceso de desgaste y derroche de fuerzas son lo que desde las últimas dos temporadas le han impedido también mostrar su mejor versión de todas. Por necesidad suya o por el bien del equipo, hay que impartir una base teórica práctica para dosificar sus esfuerzos.


Y es que con un sistema de 4-4-2 o 4-5-1 que cuente con apoyos por delante puede sentirse muy cómodo y suelto, pero con otros dibujos que imperen más exigencia es donde podría padecer y que sus imperfecciones se agudicen.


Es sorprendente el desenlace de la historia particular de Pedro López. Al darse a conocer que no renovaría por el Levante, el propio jugador anunciaba sin tapujos en varias ocasiones que su carrera no había terminado pero que -a la vez- no continuaría haciéndolo en España. Su motivación e interés de competir aquí ya no los tenía (tal vez por esa no continuidad citada anteriormente); le atraía iniciar una aventura en otra Liga extranjera.


Desconociendo el cambio en la hoja de ruta (bien por falta de propuestas u ofertas económicamente no convincentes), el inicio de verano parece que ha servido para que Pedro López recapacite sobre esas palabras, “descuelgue sus mejores botas” y el Huesca pueda seguir disfrutando en principio por una temporada más de uno de esos jugadores carismáticos que nos ha dejado el fútbol español en este nuevo milenio.


Texto por Eric Martín Gasulla (@Eric18Martin), periodista redactor de Mundo Levante Ud y Cuatro Picas.

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